" Me dijo que su libro se llamaba El libro de arena, porque ni el libro ni la arena tienen ni principio ni fin."
Ayer, después de terminar Cuentos para pensar de Bucay, empecé El libro de arena, de Jorge Luis Borges. El primero de los cuentos es un encuentro del Borges de veinte años con el que cumple setenta. Dos personas que, según la editorial del libro, son lo bastante distintas para ser dos y lo bastante parecidas para ser una.
El hombre de ayer no es el hombre de hoy sentenció algún griego,y tal vez sea verdad que cambiamos constantemente, que el pasado se desvanece para dar lugar a los recuerdos de ahora, que el Hoy dará lugar a un mañana incierto. Y que yo, mientras tanto, seguiré adentrándome en el mundo de este gran escritor. El siempre futuro Premio Nobel.
"Le dije que iban a venir a buscarme.
- ¿ A buscarlo? - me interrogó.
- Sí. Cuando alcances mi edad habrás perdido casi por completo la vista. Verás el color amarillo y sombras y luces. No te preocupes. La ceguera gradual no es una cosa trágica. Es como un lento atardecer de verano".
El otro, El libro de Arena.